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POR UN MUNDO AL REVÉS

Las 10 primeras horas de “La vuelta al Bierzo en 80 horas”, por una ruta desde Peñalba de Santiago hasta San Facundo.

Santiago de Peñalba. © Isidro Canóniga

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Me pregunto cómo sería un mundo al revés. Ese mundo ideal en el que todo funcionara al revés, en el que las tristes realidades de nuestro mundo al derechas se hayan invertido y todo lo que allí acontezca sea extrañamente libre y contracultural. Un mundo en el que las horribles pesadillas capitalistas hayan sido depuradas por la certera malla de un inmenso atrapasueños. Hoy descubro que ese mundo al revés tiene su geografía propia en la Aldea de Matavenero o Palacios de Compludo. Afirmaba Thoreau que "todo lo bueno es libre y salvaje". Caminar estas primeras 10 horas del “Viaje Extraordinario” por esta naturaleza quizá sea ya la única forma de encontrarte con ese añorado “mundo al revés”.

Como en las historias de Alicia en el País de las Maravillas atravesaremos el espejo y nos sumergiremos en la magia especular de este territorio. En las primeras 10 horas de tu vuelta al Bierzo visitaremos el territorio de lo opuesto, lo utópico, lo deseable. Viviremos ese extraño mundo del revés que transcurre entre Peñalba de Santiago y San Facundo.

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Antes de abandonar la mágica Peñalba de Santiago, el instante cero de la vuelta al Bierzo, es imprescindible dar un paseo bajo sus corredores de madera y sus tejados de pizarra, pisar su suelo empedrado. La aldea abraza y protege a la Iglesia de Santiago, joya mozárabe declarada Monumento Nacional en 1931. Recuerda que aquí llegaron San Genadio y sus doce discípulos en el remoto año de 895 buscando un lugar en el que emular la vida ascética y eremítica que en tiempos habían disfrutado allí sus predecesores Fructuoso y Valerio. Una vida solitaria y austera alejada en todo lo posible de la vida terrenal buscando su “mundo al revés”. Desde entonces las tierras que visitaremos han sido continuamente habitadas por pobladores que buscaban una vida diferente, integrando las necesidades humanas con el cuidado de la naturaleza.

Dejando atrás Peñalba de Santiago nos dirigiremos hacia el Mirador del Morredero, donde disfrutarás de unas hermosísimas vistas tanto del Valle del Silencio como del Valle del río Compludo. Este río ha sido famoso históricamente por el uso tradicional de la fuerza del agua en la Herrería que más adelante visitaremos. Desde el mirador caminaremos por una pequeña senda que discurre paralela al río y que se dirige a la localidad de Bouzas. Después de atravesar la aldea caminaremos por un pequeño sendero que recorre la orilla del río entre la exuberante vegetación de ribera. Nos adentraremos de este modo en uno de los parajes más inhóspitos y bellos del Bierzo. Seguiremos caminando hasta llegar a Palacios de Compludo, aldea donde la arquitectura tradicional berciana permanece intacta, con sus maravillosas cubiertas de pizarra y esos entrañables corredores de castaño. En la aldea te encontrarás nuevos habitantes del “mundo al revés” que han dado vida a las casas y a todo el bosque circundante creando la Reserva Ornitológica de Palacios. Son muchísimos los proyectos de conservación de fauna que se está desarrollado allí.

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Saliendo de Palacios de Compludo nos dirigiremos a otra de las localidades con un encanto especial, Compludo. Aquí podremos visitar otra de las joyas arquitectónicas de la Comarca, la Herrería de Compludo, que situada en un paraje privilegiado y entre una vegetación exuberante nos demuestra la forma en que las gentes de antaño aprovechaban la fuerza de este generoso arroyo berciano para domar el hierro, un mundo de rumores de agua y golpes de martillo. Una vez visitada la Herrería de Compludo, nos dirigiremos hacia El Acebo, lugar emblemático del Camino de Santiago. Al llegar a El Acebo habrás realizado tus primeras 5 horas de las 80 que completan tu circunvalación del Bierzo.

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Nuestro siguiente destino será la aldea de Folgoso del Monte, un enclave casi abandonado, lleno de silencio. ¡Quien sabe!, seguro que algún día alguien encontrará aquí también su “mundo al revés”.  Seguiremos nuestro camino hacia Matavenero. Al llegar aquí si que nos encontraremos con la vida en estada puro, seguro que recibirás el caluroso recibimiento de sus internacionales habitantes, llegados desde todos los lugares del planeta. Matevenero es la cuna del “mundo al revés”. Aquí hay tiempos para las miradas y los abrazos. Aquí hay espacios para conversar entorno a una estufa de leña; hay pucheros para comer, llenos de productos de la propia huerta. Aquí se recolectan con las manos frutas y verduras, se trabaja y decide en colectividad. El tiempo y el espacio existen, no han sido contaminados por las prisas, el estrés y la inhumanidad. En este “mundo al revés” resiste aquella máxima del poeta Horacio: “Dichoso aquél que existe lejos de los negocios, gasta su tiempo en trabajar la tierra y evita la ciudad”.

 

Después de la visita a esta aldea, nos adentraremos en el cañón del arroyo del Rial y discurriremos en su gran mayoría por una pequeña senda, rodeada de vegetación exuberante y prácticamente inaccesible. Aquí nos encontraremos con una de las maravillas de este arroyo, lo que los lugareños llaman “las hoyas”,  pozos excavados por el agua donde en verano nos podemos dar un baño. Al  término de esta preciosa senda llegaremos a la localidad de San Facundo, otro lugar recuperado del olvido. Aquí, si el calor aprieta, podremos refrescarnos en su playa fluvial. Al llegar te recuerdo habrás hecho tus primeras 10 horas de periplo. ¡Enhorabuena!.

La Vuelta y en 80 horas

­¿El señor va a viajar? ­preguntó. ­Sí, ­respondió Phileas Fogg­. Vamos a dar la vuelta al Bierzo.

Passpartout, con los ojos abiertos, los párpados y las cejas levantados, los brazos distendidos, el cuerpo hundido, presentaba todos los síntomas de un asombro que rayaba el estupo - ¡La vuelta al Bierzo!. ­En ochenta horas, ­respondió Mister Fogg­. No tenemos un momento que perder.

 

Julio Verne “La Vuelta al Mundo en 80 días”  (adaptado)

¿Sabías qué...?

Hace casi treinta años, un grupo de jóvenes miembros del Movimiento Arcoiris  lo hizo. Dejó el lugar donde había crecido y encontró su sitio en Matavenero y Poibueno. Tras muchos años de abandono, este grupo de jóvenes decidió crear allí su “mundo al  revés”. Hoy,  Matavenero es una de las ecoaldeas verdes más famosas del mundo. No te pierdas el documental del ponferradino Alberto Alonso “Conozco un lugar”.

No te lo pierdas

Palacios de Compludo

 

Palacios es una pequeña aldea en la que tras años de saqueo y destrozos, los antiguos vecinos formaron la Asociación El Nogal y se pusieron manos a la obra para recuperar la aldea. A ellos se unió el colectivo Tyto alba para impulsar la reconstrucción de las casas y crear una Reserva Ornitológica que comprende 969 hectáreas de extensión que pretende garantizar la conservación de la fauna típica de la Montaña Cantábrica.

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