LA VUELTA AL BIERZO EN 80 HORAS

Caminar, andar, pasear, deambular o vagar por la naturaleza es el mejor premio que podemos  ofrecer a nuestro cuerpo, mente y espíritu. Llevarlo a cabo en El Bierzo es una maravilla dado que para muchos es una de las comarcas más bellas y evocadoras de nuestro país. Su caprichosa forma circular está repleta de mágicos espacios para mirar, sentir y vivir. Este extraordinario territorio rebosa patrimonio natural y cultural y, por ello, ha sido reconocido como Patrimonio de la Humanidad o Reserva Mundial de la Biosfera.

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Numerosos escritores han profundizado en esta idea del Bierzo como lugar bello y singular. Por ejemplo, ya en el siglo XVIII Datolí y Munárriz observaban que El Bierzo queda encerrado por todas partes por una cadena de montañas que forman una especie de anfiteatro, viniendo a parar en una llanura, que es lo que llaman Bierzo Bajo. El padre Flórez mucho más conciso afirmaba que “no puede entrarse si no es bajando, ni puede salirse si no es subiendo”. Pero quizás quien más aprovechó las virtudes de esta comarca fue Gil y Carrasco que expresó magistralmente ese sentimiento circular con aquel “quedáronse entonces entrambos en silencio como embebecidos en la contemplación del soberbio punto de vista que ofrecía aquel alcázar reducido y estrecho, pero que semejante al nido de las águilas, dominaba la llanura”. Muchos hemos sido los que hemos sido hipnotizados por esta geografía extraña y única. En definitiva, El Bierzo es un territorio extraordinario que perturba con su acervo natural y cultural.

Las cuatro sierras que acotan El Bierzo y por las que pasarás en tu periplo de 80 horas son verdaderas joyas para visitar y disfrutar. Hagamos un breve recorrido por estos cuatro territorios.

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Los Montes Aquilianos esconden cientos de secretos. Entre las hechuras de sus cerros emboscados se localiza el Valle del Silencio, un paraje espeso y aislado cubierto de robles y encinas que atrajo la atención de eremitas y santones, donde levantaron el Monasterio de San Pedro, la Ermita de Santa Cruz y la extraordinaria Iglesia mozárabe de Santiago, enclavada en Peñalba entre caseríos de piedra y pizarra. Desde aquí se visita la cueva en la que vivió San Genadio. No podemos olvidar tampoco las sugerentes aldeas de Compludo o El Acebo por donde nuestra ruta se cruza con el Camino de Santiago.

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La Sierra de Gistredo con el Pico Catoute (2.117 m) vigilando la región desde lo más alto, vierte sus laderas al río Sil entre arroyos transparentes de aguas asilvestradas, como el Boeza, el Salentinos y el Primout. Aquí, los urogallos todavía cantan sus amores y los osos pardos recuperan territorios perdidos.

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En la Sierra de Ancares y Fornela, declarada Reserva de la Biosfera en defensa de su biodiversidad y los valores singulares de su cultura tradicional, sobreviven algunas de las especies de la fauna ibérica más simbólicas, como urogallos, perdices pardillas, lobos y, de vez en cuando, campa algún que otro despistado oso pardo. Todavía podrás disfrutar de singulares pallozas y antiguos castros.

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La Sierra de La Lastra que comparte los límites con Galicia y su Serra do Courel mezcla los paisajes y la cultura de los pueblos rayanos. Un rincón de El Bierzo profundo donde la tradición rural se arropa de exuberantes bosques de castaños y generosas huertas a la vera del río Sil. En los dominios del río, a horcajadas entre los altozanos de La Lastra y los Montes Aquilianos, se reflejan las aguas del lago Carucedo envuelto entre fábulas y leyendas, con los rojos picuezos de la mina de oro de Las Médulas asomados por entre los castañares.

El Bierzo, un viaje extraordinario

En 2016 se ha celebrado el 150 aniversario de la publicación de los “Viajes extraordinarios” de Julio Verne. La curiosidad y el ansia de conocimiento y de aprendizaje de Julio Verne por su entorno han inspirado esta nueva forma de mirar al Bierzo. Como hiciera Phileas Fogg, su más célebre personaje, en “La Vuelta al Mundo en 80 días”, en tu vuelta a El Bierzo, podrás realizar uno de los viajes más extraordinarios que se pueden realizar por Europa.

La gran apuesta

El círculo de El Bierzo ha disminuido, puesto que se puede recorrer en 80 horas, ¡sí, ochenta horas!. Un buen inglés no bromea nunca cuando se trata de una cosa tan formal como una apuesta, respondió Phileas Fogg. Apuesto toda mi fortuna al que quiera, a que yo daré la vuelta al Bierzo en 80 horas, es decir en 4.800 minutos o 288.000 segundos. Sólo necesitaré medio millón de pasos para recorrer lo 330.000 metros de caminos que circundan la comarca. Mi apuesta es clara, iniciaré el viaje un viernes y 10 días después, un domingo, llegaré al punto de partida en Peñalba de Santiago andando sólo 80 horas. Ni el viento, ni la lluvia, ni los 12.000 m de subidas y los 12.000 de bajadas impedirán que cumpla mi apuesta.

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Julio Verne “La Vuelta al Mundo en 80 días”  (adaptado)

Sobre las "ruinas" de La Mirada Circular

El proyecto “La Mirada Circular” cuyo núcleo central fue una ruta turística que recuperaba 15 caminos temáticos que circunvalaban El Bierzo pretendió convertirse en un polo de atracción de visitantes, una llamada para viajeros y turistas que buscaran algo diferente, alejado del turismo de masas. Para ello se realizó un sofisticado esfuerzo tecnológico que se cristalizó en la creación de una potente plataforma Web. En conjunto, el proyecto fue calificado por los más prestigiosos especialistas internacionales como  “un proyecto único en Europa de senderismo y desarrollo socioeconómico”. “La Vuelta al Bierzo en 80 horas” transcurrirá mayoritariamente por el trazado de “La Mirada Circular” siguiendo las ideas y principios que inspiraron a aquel gran proyecto hoy casi olvidado.

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