CRUZANDO EL GRAN SIL
Hoy nuestro objetivo será atravesar el Gran Sil, camino hacia el singular Valle de Fornela, integrado en la Reserva de la Biosfera de los Ancares Leoneses.
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La riqueza ganadera y forestal de los lugares por los que caminaremos fue eclipsada por un modelo económico que se centro exclusivamente en sus recursos hídricos y mineros. En los últimos cincuenta años inmensos proyectos mineros, hidráulicos y energéticos han cambiado radicalmente el paisaje natural de la Cuenca del Sil. 25 centrales hidroeléctricas y 2 centrales térmicas suman un potencia instalada de 3.500 MW (equivalentes a más de 7 centrales nucleares como Garoña). Esta visión cortoplacista también ha tenido un impacto muy negativo sobre la sociedad: en la actualidad la población de esta zona es cada vez más escasa, pobre y envejecida. Pero todavía queda la esperanza de volver a la vida que las aguas del Sil producen, volver a los campos regados por él y a la infinidad de productos que se pueden obtener de sus montañas. ¡Piensa en ello mientras caminas!.
Empezamos la ruta saliendo de Salentinos por un pequeño sendero que nace en la Ermita de San Esteban. Poco a poco iremos remontando hasta el cordal que forman las estribaciones del Pico Catoute (2.117 m) y que nos encaminan hacia Páramo del Sil. La senda asciende entre un espeso bosque de roble mezclado con pastos que sirven de alimento para el ganado de los habitantes de Salentinos. Precisamente el esplendor de la vegetación y los pastos hizo que en los territorios del Bierzo Alto y Laciana se dedicarán históricamente a la actividad ganadera. La vocación ganadera de esta zona hizo que las enseñanzas propuestas por Giner de los Ríos al proyecto de escuela renovadora de Sierra Pambley se centraran principalmente en lo agrario. Así, en la escuela que finalmente creó Sierra Pambley se desarrollará una importante tarea relativa a la transformación de la leche, que fue el germen de una industria floreciente en el valle, las conocidas Mantequerías. No olvidemos que estas mantequillas ganaron la Medalla de Oro de la Expo Universal de Bruselas y que esta exitosa actividad estuvo soportada por una raza de vaca ahora extinta que producía un leche cremosa y excelente: “la Mantequera leonesa”. Juan y Ventura Alvarado, profesores de la Escuela Sierra Pambley de Villablino, afirmaban a principios de siglo XX: “seguimos creyendo que el ganado vacuno de esta zona, y acaso de toda la montaña de León, es uno de los más notables del mundo por la riqueza de su leche en materia grasa”. ¡Hoy esta raza ha desaparecido!.
Dejemos de lado esa nostalgia por lo perdido. Ese sentimiento de hastío que nos lleva a pensar lo que es y lo que pudo ser esta zona y sigamos progresando hasta el cordal de la montaña donde las vistas son estupendas. En este área se tomará una pista que nos enfila hacia la localidad de Páramo del Sil y que pasa por la Braña de la Campona, que aún es utilizada como pastizal de estío para el ganado. En este inmenso pastizal nos encontraremos con una de las vistas más espectaculares del Bierzo Alto, desde donde se aprecia por primera vez el Gran Sil al fondo. Seguiremos caminando por lo que queda de estos paisajes ganaderos hasta llegar a Páramo del Sil, donde disfrutaremos de las visitas a sus ermitas y a las casonas de origen indiano entre las que destacan: la Casona de la Indiana y la Casona de la Donís, ambas con maravillosos escudos heráldicos.
Una vez realizada la visita a la localidad de Páramo del Sil continuaremos caminando hacia el espectacular Valle de Fornela. Discurriremos por una pista que, al principio rodea los pequeños huertos de los habitantes de Páramo del Sil, para cruzar posteriormente la carretera que se dirige a Villablino, en dirección a Anllarinos del Sil. En el camino nos encontraremos con la Central Térmica de Anllares. La central es uno de esos símbolos de la economía del carbón ahora en decadencia.
De Anllarinos del Sil caminaremos hasta Cariseda, pueblo que posee uno de los puentes romanos mejor conservados de la Comarca. ¡Sí!, de 45 metros de largo por 3 de ancho y un solo arco de medio punto sobre pilares de piedra eterna. Saliendo de Cariseda, debemos continuar por esta tortuosa carretera, debido a la estrechez del valle que aquí esculpe el río Cúa, hasta llegar a Peranzanes, lugar idóneo para disfrutar de un descanso y visitar la Iglesia de Santa Euferia y el Santuario de Nuestra Señora de Trascastro. Este último templo tiene un muro que lo circunda, con dos puertas orientadas en direcciones opuestas, por las que el día 15 de agosto (Gran Romería al Santuario de Trascastro) entran los danzantes de Chano por una y los de Peranzanes por otra, a modo de confrontación dancística. Una fiesta antiquísima celebrada en honor de la Xantina, patrona de Fornela, una fiesta llena de simbolismos. Si vas en estas fechas, te llamarán la atención esos danzantes vestidos con pantalón y chaleco negro, camisa blanca y corbata negra y el gorro, a juego con la banda que llevan cruzada en el pecho que danzan al ritmo de la música del tamboritero. Con está música acabamos nuestro periplo por este territorio que tiene el Sil como apellido habiendo llegado casi a la mitad de nuestra vuelta en 80 horas.